4. El mismo perro con distinto collar

3 Agosto 2018

-Si Mao levantara la cabeza… bromeó Alonso

-¡No, no! ¡Déjelo donde está; así, tranquilo! –exclamó Sonia con dramatismo. Nuestra menuda y extrovertida guía hongkonesa nos contó la historia de su familia-: Tenía yo tres años cuando él murió, en 1976. Mis padres se habían conocido en una granja del Norte, del norte de China. Estudiaban en la Universidad de Beijing cuando les obligaron a dejar los estudios para ir a trabajar al campo, para reeducarse.

-La reeducación emprendida por Mao –puntualizó Alonso- con su Revolución Cultural.

-Sí, sí. La Revolución Cultural que empezó en 1966. Pero no fue sólo Mao: la Banda de Los Cuatro formada por Jiang Qing, la esposa de Mao, y sus tres adláteres se encargaron de reavivarla hasta llevarla a extremos increíbles –tras los cristales de sus gafas, los pequeños ojos negros de Sonia se endurecieron en una expresión de rabia contenida-. Mis padres dicen que la Revolución Cultural les robó los años de juventud. Menos mal que consiguieron huir a Hong Kong. Aquí se casaron. Nací yo y, tres años después, nació mi hermano.

De nuestra guía hongkonesa se podía decir que era la versión femenina de aquello de “chiquito pero matón”. Era delgada, recia, con el pelo lacio, negro y corto como el de un chiquillo. Cuando se paraba, separaba las piernas con pose marcial, segura de sí misma: manejaba el mundo en que se movía, conocía todos sus resortes.

Sonia mandó parar al conductor; haríamos el resto del trayecto andando.

5. La Amapola Dorada y las dos Guerras del Opio