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De Namibia, lo más popular para el turista son las dunas de Sossusvlei, y de ellas la más admirada es la duna 45, y no por ser la más alta pues le gana la 60 sino, quizá, por su color rojizo, sus juegos de luces y sombras y por dejarse escalar por gran parte de los que ponen en ello todo su empeño. Y es que aunque 45 puede no ser una gran altura, avanzar por la arista inclinada requiere de un esfuerzo suplementario contra la sensación que produce la arena bajo tus pies como si quisiera engullirlos impidiéndote avanzar.
De Sossusvlei, la duna 45 es la más admirada. quizá, por su color rojizo,
sus juegos de luces y sombras y por dejarse escalar para la mayoría de los que ponen todo en el empeño.
video de la escalada a la duna 45
Keti volviendo de la escalada a la duna 45.
La duna 60 es la más alta.
Son muy pocos los que consiguen llegar a la cima...
...aunque son muchos los que se acercan (incluso a bordo de un carricoche como los de transporte de animales arrastrado por un tractor).
Aunque los que llegamos por medios más convencionales no nos libramos de que el habitual sembrado de piedras acabe con el sistema de traccíon.
De vuelta al hotel y su relajante paisaje...
...poblado de animales
Se pueden ver orix que bajan de las montañas.
Y cebras.
Oryx macho seguido de las hembras de su manada.
Cebra solitaria.
Observatorio del lodge camuflado en el entorno pedregoso...
... al igual que los chalets de los huéspedes...
... en los que, desde cualquier rincón (icluso desde el baño), se puede contemplar el campo...
...y el firmamento desde la cama.
Si falla el vuelo en globo aerostático,
y has madrugado para nada...
...siempre puedes matar el tiempo dándote un baño en la piscinita del hotel...
...mientras observas los orix acercarse al abrevadero.
Saciada la sed, les tocará el turno a las cebras...
... pero el orix macho de la manada atento a la llegada de un posible contrincante no le permite cercarse al agua. Y se produce la pelea.
El orix solitario se rinde, renuncia a saciar su sed en el abrevadero y...
.. en su deambular, descubre esta piscinita.
Observa y sólo ve a una inofensiva criatura...
...que, además, está distraída mirando hacia otro lado, tomando fotos del otro macho y su manada.
El solitario órix decide subirse a la piscina.
Y, como es natural, se pone a beber.
Keti admira los orix, pero sus largos y afilados cuernos hacen que decida dejarle la piscina toda para él.
El orix lanza una mirada de despedida...
y se va (hasta mañana, quizá).
Sito en jarras: "Eso no ha estado nada bien."
Desayuno más relajante con los pajaritos.
Nos despedimos de este escenario...
...mágico del Sossusvlei Desert Lodge.
Hora de marchar...
Sobrevolaremos paisajes sorprendentes...
como éste donde lo que parece agua, también es arena.
Nos vemos en la próxima parada, Swakopmund.