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He podido darme cuenta, con el paso del tiempo, que lo que produce recuerdos más perdurables de un viaje es la interacción con los seres humanos con los que te vas encontrando.. Se puede ser feliz viendo un paisaje, emocionarse ante una pintura  o una escultura, disfrutar contemplando animales en su medio salvaje..., pero aquellos momentos relacionados con la actitud de unas determinadas personas, con su empatía o su desapego, además de cambiar tu percepción del mundo, ayudan a conocerte mejor, a verte con una mirada más real  y, en definitiva, a ser más sencilla.

- Ir a Namibia es inseparable de conocer a los Himba- dije-. No importa si para ello hay que desplazarse a algún lugar aislado del norte del país, allá en donde hayan montado su campamento.

Aterrizamos en el corazón del desierto de Kaokoland. Para nuestra sorpresa, el conductor que fue a recogernos era himba -uno de los pocos afortunados de la tribu que en su niñez había  sido elegido para ir a la escuela y continuar estudios secundarios en la ciudad-; esa misma tarde nos condujo hacia nuestro encuentro con los himba.

El recorrido desde el lodge -el único que se veía en varios kilómetos a la rsedonda- se nos hizo largo; sólo nos cruzamos con  un pequeño grupo de elefantes del desierto ocupados en comer hojas verdes de los escasos matorrales. Los elefantes del desierto además de ser de menor tamaño que los de sus parientes de la cercana Botswana, tienen un comportamiento "más civilizado" ya que no destrozan los árboles para arrancar las ramas distantes sino que tan sólo ramonean.

En la lejanía apenas se veía. Era un cercado de ramas secas entrelazadas que apenas superaba el medio metro de alto. En su interior, unas cuantas cabañas dispersas en torno a un fuego atendido por el único hombre que había, el jefe espiritual de la tribu. Las cabañas eran de un tamaño tan reducido que parece increíble que pudieran dar cobijo a más de una persona.  La sorpresa fue mayúscula cuando nos encontramos frente a frente con las mujeres himba de aquel campamento. Y me explico. La imágen que se tiene de la tribu himba es la de una joven esbelta luciendo su cuerpo desnudo impregnado de un cierto pigmento. Y, en efecto, así eran ellas, las de este campamento, sólo que en éstas sus cuerpos desnudos cubiertos de capas de pigmento, lejos de ser esbeltos, reflejaban la madurez de una maternidad prolongada debido a sus seis o siete hijos; algunos de los cuales rondaban alrededor de una abuela de aspecto cansado. Esto no impidió que Alonso destacase la belleza de sus ojos de un color glauco en contraste con el ocre de su piel y de su pelo; lo que hizo que le sonrieran no sin cierta coquetería.

Una de las cosas más sorprendentes es ver cómo cuidan de su higiene. Puesto que tanto su cuerpo como su cabello están recubiertos de sucesivas capas de pigmento, el agua para lavarse no tiene sentido para ellas. En su lugar, usan un plato sobre el que encienden pequeñas ramas, lo sitúan en la base del cuello y se dejan ahumar por el humo que desprenden; la misma operación la realizan para la higiene de sus partes íntimas colocando el plato adecuadamente entre las piernas.

La abuela, cansada y seria sólo sonrió cuando repartimos lapices de colores entre sus nietos. Pero ellos los miraban extrañados no sabiendo muy bien qué hacer con aquellos "palitos" hasta que les dibujé una cabra como la que teníamos enfrente. Entonces algunos lo entendieron y se animaron a entrenarse en el nuevo juego.

Cuando ya nos despedíamos, pregunté al guía para qué servía un determinado objeto que, al igual que otros, estaba hecho con madera de árboles que permanecen secos con cientos de años. Me dijo que era el tipo de almohada que utilizan los himba.

 

.Ellas van así todo el año, su única protección contra el sol y el frío son las sucesivas capas de pasta hechas con polvo de roca.

Preparando us sesión de higiene.

.Se asean con el humo que desprenden las brass.

Los niños, como siempre, lo mejor de cada casa.

.La abuela y los niños mirando las cajas de lápices de colores...

 

... después de una lección de pintura con modelo: la cabra.

.Un piropo por el color de sus ojos le alegró la cara.

.Se cuidan y protegen la piel al igual que el cabello, que adornan con esmero.

Al alejarte del campamento te invade la tristeza, te das cuenta de la pobreza en la que viven.

El lodge, situado en un alto, estaba compuesto de edificaciones aisladas esparcidas por el desierto.

Su arquitectura, aparentemente sencilla en sus materiales -como el barro cocido color naranja-, presume de tener una concepción de los espacios de inspiración sorprendentemente sofisticada. De hecho, nuestro chalet, el más cercano a la piscina y las zonas comunes era encantador---

.., con una enorme bañera (que parecía echar por tierra la temida escasez de agua en el desierto), algo incoherente con el cubo que ponen junto a la ducha para que recojas el agua mientras no sale caliente con intención de reciclarla....

Su distribución no es la más adecuada para las frías noches del desierto: el dormitorio y el cuarto de baño están separados por un corto pasillo sin paredes ni techo, lo que te disuade de ir al baño en mitad de la noche por mucha necesidad que tengas.

El menú desacertado (arroz a mediodía y pasta de noche) y escaso (las 2 lonchas contadas de embutido al desayuno) dejó a nuestro joven piloto muerto de hambre, algo que, al final acabas por quitar importancia recordando la paupérrima situación del no tan lejano campamento himba.

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Tag(s) : #Costumbrista, #Desiertos, #Etnico
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